En lo profundo de la campiña, en La Orotava, se encuentra la pintoresca Finca, un rincón de verdor y tradición en manos de los visionarios hermanos Torres.

La Finca Oscar Buchard más que un simple terreno, es el epicentro de su visión culinaria y vinícola, donde cada producto cultivado se convierte en una obra maestra en sus renombrados restaurantes.

Este idílico enclave no solo es testigo de cosechas, sino de historias y tributos, y se erige como un monumento al padre y fundador de esta dinastía gastronómica, Mario Torres.

Don Mario Torres

Se respira vida desde su núcleo, albergando un mosaico de cultivos meticulosamente seleccionados. Entre las hileras de verduras frescas y aromáticas hierbas, se encuentra el alma de la finca: las vides que dan vida a los afamados vinos Terral 205.

Cada racimo, acariciado por el sol y acunado por la brisa, es un testimonio de la dedicación de la familia Torres a la excelencia enológica.

Este año, la finca ha sido bendecida con una cosecha excepcional. Las uvas, saturadas de sabor y matiz, prometen una añada que cautivará los paladares más exigentes. La combinación de las condiciones climáticas idóneas y la experiencia acumulada de los viticultores ha culminado en una cosecha que promete superar todas las expectativas.

Pero la verdadera joya de la corona está a punto de emerger: el lanzamiento de una nueva referencia de vino, un tributo conmovedor a Mario Torres. Este vino, que lleva impreso el alma y la esencia del fundador, promete ser una experiencia sensorial única.

Cada sorbo será un paseo por los recuerdos y la pasión que inspiró a la familia Torres a convertir su sueño en realidad.

El artífice actual de estos excepcionales vinos es el bodeguero y enólogo Julian Robayna, un amigo y compañero de mil batallas de Mario Torres. A lo largo de los años, han compartieron el proceso de producción de vinos en equipo, realizando experimentos y explorando nuevas técnicas.

El bodeguero y enólogo Julian Robayna

Desde vinos generosos hasta orujos y maceraciones carbónicas, su colaboración ha sido fundamental en la diversificación de la oferta de la finca.

Los vinos Terral 205 no son solo productos de la tierra, son el resultado de un proceso artesanal que abraza la tradición y la innovación. Cada uva es seleccionada con el mismo cuidado con el que se elegiría una gema preciosa, y cada paso del proceso de vinificación es ejecutado con maestría y pericia.

El resultado es una sinfonía de sabores y aromas que dan testimonio del amor que los hermanos Torres tienen por su arte.

El legado de Mario Torres se entrelaza en cada rincón de la finca. Sus enseñanzas y su espíritu persisten en cada cosecha, en cada botella de Terral 205. Su visión y pasión por la excelencia culinaria y vinícola continúan guiando a sus hijos en su búsqueda de la perfección.

Los vinos Terral 205 son mucho más que productos de la tierra y la vid. Son testimonios vivos de una familia dedicada a llevar la excelencia a cada plato y a cada copa. Es la culminación de años de arduo trabajo, de amor por la tierra y respeto por las tradiciones.

En la Finca, la tierra y la familia se entrelazan en una danza eterna, dando vida a vinos que son mucho más que una bebida; son una experiencia, un homenaje y un legado. Sorbo a sorbo es una celebración de la pasión y el compromiso de los hermanos Torres, y una promesa de que el futuro de la finca y de los vinos Terral 205 será tan brillante como su glorioso pasado.

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