La festividad del «Día de Muertos», profundamente arraigada en la cultura mexicana, ha cruzado fronteras y ha llegado a Tenerife gracias al esfuerzo de Romina Sánchez Sánchez, propietaria y cocinera del ya muy conocido Taquería El Chile Verde.

Junto a su talentoso equipo, liderado por el Chef Juan José Álvarez, han revolucionado la escena culinaria de la isla con una auténtica experiencia gastronómica mexicana. La conjunción de tradición y la meticulosa elaboración de cada componente, sumado a la colaboración de este año con la «Asociación de Mujeres Mexicanas en Canarias», dieron vida a una celebración única del Día de Muertos en el encantador Puerto de La Cruz.

Los más exquisitos platillos de esta cocina, declarada «Patrimonio de la Humanidad», brindaron dos noches de casa llena los pasados 1 y 2 de noviembre. Romina expresó su profundo agradecimiento a la leal clientela que los ha seguido, tanto a ella como a todo el equipo de cocina y sala, desde su traslado de Santa Úrsula a su nuevo enclave en El Puerto de La Cruz. El Día de Muertos en Puerto de La Cruz se erige como una auténtica Tradición Mexicana en pleno corazón del Atlántico.

La Experiencia Gastronómica

Uno de los puntos más sobresalientes de la celebración del Día de Muertos en El Chile Verde ha sido la experiencia culinaria. Esta taquería se ha erigido como un auténtico oasis de sabores mexicanos en pleno corazón de Tenerife.

Cada platillo se prepara meticulosamente con ingredientes frescos, siguiendo recetas tradicionales que han sido transmitidas de generación en generación. Ya sean tacos, tamales, guacamole u otros manjares de la cocina mexicana, cada uno se sirve con el mismo sabor y pasión que en las calles de México.

El Altar de Muertos:

Una pieza esencial de la celebración radica en la creación del Altar de Muertos. En esta ocasión, la «Asociación de Mujeres Mexicanas» en Canarias tomó el liderazgo en la elaboración del altar, observando con meticulosidad cada una de las tradiciones y detalles que esta venerada costumbre implica.

El altar representa un sentido homenaje a los seres queridos que ya no están entre nosotros, y cada elemento dispuesto en él posee un significado profundo. Ofrendas gastronómicas, fotografías de los difuntos y resplandecientes velas, entre otros, convergen en este espacio sagrado. Los comensales del restaurante tuvieron la oportunidad de apreciar y escuchar sobre esta singular exhibición, adentrándose así en las ricas raíces de esta tradición.

El Toque Musical las Rancheras:

La música se erige como un pilar fundamental en la celebración del Día de Muertos, no solo en México, sino también en Taquería El Chile Verde. El restaurante se empeñó en brindar una experiencia musical memorable, y lo logró con creces. El Mariachi Santa Bárbara, con su virtuosismo y entrega, cautivó a los presentes con cautivadoras melodías tradicionales mexicanas. El sonido resonante de las guitarras y las voces llenó el ambiente, transportando a todos los asistentes a México en un abrir y cerrar de ojos.

El Día de Muertos en Puerto de La Cruz, impulsado por Taquería El Chile Verde y la colaboración de la Asociación de Mujeres Mexicanas en Canarias, ha florecido en una auténtica celebración impregnada de sabores arraigados en las tradiciones mexicanas.

Romina Sánchez con el Señor Alcalde del Puerto de La Cruz, Marco González quien fue uno de los comensales de esas noches de tradición mexicana.

Cada año, más amigos se unen a esta festividad y se deleitan con la exquisita cocina de El Chile Verde. La unión de la tradición culinaria, el Altar de Muertos y la música del Mariachi Santa Bárbara converge para crear una experiencia que honra a los difuntos y comparte la riqueza de la cultura mexicana.

Romina lo expresa con precisión: “Para nosotros, representa un homenaje a nuestros seres queridos y una forma de sentirlos cerca, comunicándonos con ellos a través de ofrendas, comidas y bebidas”.

En este rincón de España, el «Día de Muertos» adquiere vida en todo su esplendor y significado. Este evento anual ha demostrado que las fronteras no pueden confinar la belleza y profundidad de las tradiciones culturales. A través de la pasión y el compromiso, estas costumbres pueden cruzar océanos y perdurar en cualquier rincón del mundo.

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