La ecotasa en Canarias: entre la sostenibilidad y la competitividad turística


La ecotasa, la reciente propuesta de implementar una tasa turística en Canarias, ha avivado un debate multifacético en el archipiélago, destacando las tensiones entre sostenibilidad ambiental y competitividad turística.

Esta medida ha sido objeto de discusión no solo entre políticos y ecologistas, sino también dentro del sector hotelero, que se ve directamente afectado por la posible implementación de la tasa.

Orígenes y Objetivos de la Ecotasa

El debate sobre la tasa turística no es nuevo en Canarias; ha sido un tema recurrente en la política regional durante varios años. La propuesta, impulsada por Podemos Canarias, busca introducir un impuesto a las estancias turísticas con el objetivo dual de mitigar los impactos negativos del turismo de masas y fomentar prácticas sostenibles dentro del sector.

Inspirada en modelos ya existentes en otras comunidades como Cataluña y Baleares, la ecotasa en Canarias pretende recaudar fondos que se destinarían a la conservación de los recursos naturales y culturales del archipiélago.

Impacto Potencial de la Ecotasa en la Gastronomía y el Sector Primario de Canarias

Desde la perspectiva gastronómica y del sector primario, la ecotasa ofrece una oportunidad para destacar y valorizar la cocina local mediante el financiamiento de iniciativas que promuevan ingredientes autóctonos y prácticas de cultivo sostenible. Este enfoque no solo podría enriquecer la oferta culinaria para los turistas sino también apoyar a los agricultores locales, vitalizando así la economía regional desde su base.

No solo podría enriquecer la oferta culinaria para los turistas sino también apoyar a los agricultores locales

Vitalización de la Economía Regional

El fortalecimiento del sector primario tiene un efecto multiplicador en la economía local. Al promover productos locales, se aumenta la demanda de bienes producidos dentro de las islas, lo que a su vez puede generar más empleos y mayor estabilidad económica para los agricultores y productores. Esto no solo ayuda a reducir la importación de productos alimenticios, que a menudo tienen un costo más elevado y menor frescura, sino que también incrementa la resiliencia de la economía local frente a choques externos.

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Desafíos en la Competitividad Turística

Sin embargo, la propuesta también ha generado preocupaciones respecto a la competitividad de Canarias como destino turístico. Los detractores de la ecotasa argumentan que podría ser percibida por los turistas como una doble imposición, especialmente considerando la existencia del Impuesto General Indirecto Canario (IGIC), que ya grava servicios similares. Además, existe el temor de que un incremento en los costos para los visitantes pueda disuadir la llegada de turistas, afectando negativamente a toda la cadena de valor turística, incluidos hoteles y restaurantes.

Perspectiva del Sector Hotelero

El sector hotelero, en particular, ha expresado una opinión mayoritariamente negativa respecto a la ecotasa, calificándola de discriminatoria y potencialmente perjudicial para el turismo. Los empresarios hoteleros argumentan que la medida no es efectiva para promover la sostenibilidad turística y que se requieren enfoques más integrales para abordar los desafíos ambientales y sociales. Además, comparan la situación con la experiencia en Baleares, donde la ecotasa fue suspendida en 2003 tras ser percibida como un impedimento para el turismo debido a su implementación y los efectos negativos percibidos.

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Balance Entre Ingresos y Atractivo Turístico

A pesar de las preocupaciones, los partidarios de la tasa destacan que la recaudación estimada de aproximadamente 112 millones de euros anuales permitiría no solo preservar los recursos naturales y culturales, sino también mejorar la infraestructura turística, lo que podría, a largo plazo, incrementar el atractivo de las islas. La clave está en encontrar un equilibrio que permita a Canarias avanzar hacia un modelo de turismo sostenible sin sacrificar su desempeño económico.

Perspectivas Futuras

Ante la propuesta de implementar este nuevo impuesto en Canarias, es esencial abordar y solucionar las preocupaciones surgidas respecto a la falta de transparencia y objetivos claros en el uso de los fondos recaudados.

Los desafíos señalados, como la dilución de los ingresos en gastos corrientes sin mejoras significativas en infraestructura turística o servicios básicos, así como la percepción de una carga fiscal innecesaria en un contexto de altas recaudaciones por IGIC, generan un clima de desconfianza y escepticismo tanto entre residentes como visitantes.

Debemos tener la percepción y el conocimiento claro que, cualquier implementación de la ecotasa se debe acompañar de un plan bien definido que especifique claramente las finalidades de los ingresos, asegurando que estos se inviertan en proyectos que mejoren directamente la infraestructura turística y el patrimonio ambiental y cultural de las islas, incluida nuestra rica tradición culinaria. Además, es crucial que este impuesto no solo se perciba como un esfuerzo para penalizar al turismo, sino como una medida para mejorar y preservar la calidad de vida en Canarias.

Instamos a un enfoque más inclusivo y transparente en el debate sobre la ecotasa, evitando asociaciones negativas que puedan afectar la imagen de Canarias como destino acogedor y sostenible.

Solo mediante un compromiso genuino con la sostenibilidad, la claridad en los objetivos y la cooperación entre todos los sectores involucrados, podremos asegurar que la ecotasa contribuya efectivamente al bienestar de las Islas Canarias y de todos quienes las visitan y las habitan.

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