Así que para darles buenas pistas a aquellos que, como yo, aman el mar y todo lo que esconde en sus profundidades, me he dado a la tarea de aventurarme en rincones que, sin pretensiones, ofrezcan un género del mar “fresquísimo” (cuesta entender el uso de congelados cuando tenemos una industria pesquera tan rica y con tanta falta de apoyo). Debo reconocer que ha sido una tarea difícil, pero ya comienza a dar sus frutos y tengo unos cuantos favoritos que bien merecen una visita.
Hoy os hablaré de La Casa del Pescado ubicado en La Matanza – Tenerife (solo abre para almuerzos y cierra los miércoles) es muy popular entre los residentes locales por su oferta de pescados frescos y su semejanza informal con un Guachinche. El amplio local cuenta con un entorno colorido y una zona de comedor al aire libre.
Este refugio para todos los amantes de los productos del mar, rompe con el mito aquel “aquí no se come buen pescado”, a la vez que satisface los estómagos sedientos de cocina marina. Si queréis hacerse con una buena pieza que vaya del mar a la mesa, lo mejor es llamar cuanto menos un día antes y reservar pescado, con esto te garantizas la especie (que no sabes cuál será) que lleven los pescadores en la madrugada, pero “ojo”, no estás reservando un lugar para comer; es recomendable llegar temprano para hacerte también con una mesa (siempre está lleno), o te llevas tu pescado -preparado naturalmente por sus cocineros- a casa.
Para suerte yo me fui unos 30 minutos antes y logré una mesa. Lo primero que te preguntan, naturalmente, es si tienes pescado reservado y seguidamente te llevan tu bandeja de pescado “crudo” (bien identificado con tu nombre) para que tengas una garantía real de su frescura y de la especie de la que vas a disfrutar, tras aceptar el encargo, ya tú decides como quieres que lo cocinen (claro, dentro de sus posibilidades).
Aunque el servicio es bastante lento, el personal es amable y encantador. Comencé con unos rejos de pulpo, el rejo un poco duro y muy pobre en sabor; pero al contrario mi pescado “mío, mío”, una vieja de unos 25cm preparada a la espalda con la piel churruscadita, pero la carne muy tierna; custodiada por las tradicionales papas arrugadas y sus compañeros inseparables “los mojos”.
Para los que no la conozcáis, La Vieja o Loro Viejo (que también se puede encontrar desde el sur de Portugal y Golfo de Cádiz hasta Senegal, Azores, Madeira y Cabo Verde) es uno de los peces más apreciados y emblemáticos del Archipiélago Canario. Su carne, muchas veces comparada con la del marisco, es delicada y una de las más apreciadas de cualquier “buen” cocinero isleño.
Como reza el refrán “no solo de mar vive el hombre”, unos compañeros diminutos (en tamaño y edad) que me acompañaron en mi aventura prefirieron pedirse uno de los platos más tradicionales de Tenerife “carne con papas”, y como no podía resistirme a un bocado, debo reconocer que la mejor que he probado en años, se denota el legado familiar de esas que pasan de una generación a otra admitiendo muchas y diversas fórmulas, pero manteniendo su origen simple… un plato, que aunque vaya lejos del nombre de la oferta del restaurante y para mí humilde opinión “estrella” de este espacio.
Podéis atreveros con un vino de la casa o armonizar con vinos de las diferentes D.O de Tenerife. Precio medio 20€ por persona (reservando pescado) … en siguientes notas de mis aventuras marinas, haremos un viaje a Fuerteventura y su cofradía del pescador.
Información
Reservas: 922 57 94 71 (sólo abre en horario de almuerzo)
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